lunes, 24 de noviembre de 2014
Lío comunicativo
Superado ya el récord del mítico Zarra y reposando en el baúl la polémica generada por sus declaraciones a Olé TV, la opinión pública y la publicada debaten ahora sobre la idoneidad de que Leo hable para los medios de Barcelona como lo hace cada vez que se le presenta la ocasión ante los medios argentinos.
Gran parte de los aficionados aluden a que Messi debe hablar en el campo y que además, lo hace como los ángeles pero esa sentencia encierra un engaño burdo y es que la mayoría de esos seguidores consumen multitud de productos mediáticos con una avidez más que voraz y que en muchas ocasiones forman parte del mismo entramado del que dicen no necesitar, integrados como participantes de las redes sociales o de los debates que se generan consecuentemente a partir de artículos, preguntas en rueda de prensa, comentarios, dialécticas o de tertulias generadas por los propios medios, en un ejercicio de fagocitosis digna de estudio sociológico.
Cuántas voces críticas de muchos aficionados con "productos" de tele-basura o sobre medios pertenecientes a la llamada "caverna" por otro lado son fiscalizados cuando realmente el producto, aunque execrable, va dirigido a un público determinado sin contar ni un ápice con la opinión exógena.
Otro cantar es cuando las opiniones versadas se tornan punibles. Ahí es cuando hay que levantar la voz de alarma y obrar en consecuencia y por vías penales si es menester.
De programas de este tipo y según se desliza del entorno del rosarino nacería el recelo de Messi a hablar para nuestros medios pero a la ecuación hay que sumarle otros factores para despejar la incógnita. A la sucesión de imágenes del crack regurgitando y las portadas a todo color sobre sus problemas fiscales, pasando por repetir hasta la saciedad los momentos de flaqueza o sus pocos encontronazos con los rivales hasta llegar a interpretar el más mínimo gesto ante compañeros o entrenadores para erosionar su categoría de mito, todo vale en un pim-pam-pum orquestado hasta el último de sus días en azul-grana. Todo vale, incluso tildarlo de "enano hormonado" si es preciso. Nada es suficiente.
Pero Messi, con un bagaje de casi tres lustros en el FC Barcelona y con la losa de no ser respetado en su país natal como procede, no acaba de encontrarse cómodo con la cultura y la idiosincrasia catalana, aún sabiéndose admirado e idolatrado por sus gentes. Así lo demostraba ya en 2005 hablando sobre su recibimiento, en el programa argentino "Sin Casette" de TyC Sports aunque en el mismo audio escuchamos a Messi, unos años más tarde, diciendo que sabe hablar catalán pero en realidad no alcanza a terminar una frase muy simple ante la pregunta de Alejandro Fantino en "Mar de fondo" del mismo canal.
Aún sabedor de que es bien recibido y querido en su tierra de adopción, Messi no olvida sus raíces y siente pavor ante una posible malinterpretación en sus declaraciones por un giro lingüístico inesperado. En Argentina se siente respaldado y cómodo hablando para los medios y por encima de todo, percibe que está en sintonía con muchos periodistas que le idolatran y confían en él como el futuro artífice de un posible éxito en forma de campeonato mundial, como reflejó el mismo Fantino nada más finalizar el envite contra Alemania que relegó a Argentina al segundo puesto.
Una defensa tan sanguínea sería difícil de escuchar por estos lares pero el periodismo local no da crédito a la negativa de Leo de dar ruedas de prensa o hacer una mínima declaración para celebrar las efemérides que va cosechando. Tampoco el club parece ser lo suficientemente hábil para conseguir una mayor empatía entre estrella y unos medios que reclaman insistentemente que el "entorno Messi" no les englobe en la misma tipología de programas más proclives a generar polémicas y a mancillar la figura del crack.
Es muy probable también, tal como apuntaba certeramente, Santi Giménez del "Diario As" en el programa de RAC1 "Tu diràs", que con la desaparición del periodista Jorge Topo López , Messi perdió un gran interlocutor y que el actual nexo, el magnífico Marcelo Sottile, no debe ni puede tener la misma sensibilidad que el otrora confidente y amigo de Leo, dado que a pesar de haber escrito el primer libro sobre Leo editado en la Argentina - El Distinto - desconoce las filias y fobias propias de de este lado del globo.
El crack se mostraba siempre distendido con el "Topo" López, periodista argentino que trabajaba para el Diario Olé y Radio la Red que pasó por el Diario Sport y mantenía una muy buena relación con Messi quien se mostraba confiado en un entorno propicio y de seguridad extrema que le llevaba a expresarse con naturalidad y sin cortapisas.
Es natural que la prensa que sigue al FC Barcelona muestre su desazón ante la negativa reiterada de Messi de comparecer ante ellos y para todos los aficionados, que lamentablemente sólo pueden escucharle en grandes eventos o en actos con fines publicitarios con preguntas previamente pactadas.
Tampoco ayuda que el departamento de prensa de la entidad mande a comparecer a Mascherano para apagar un fuego en el que él no tiene nada que ver y lo ponga a los píes de los caballos ante las reiteradas preguntas sobre su compatriota.
Recelo cultural, entorno de seguridad, cambio de interlocutor, desconfianza y por encima de todo ello el hecho de no encontrarse cómodo y la pretensión de evitar que se le interprete de forma errónea dada las diferencias de contexto entre el castellano local y el usado en Argentina, son motivos variados para su prolongada negativa pero Leo y su entorno más próximo deberían pensar en que su figura trasciende la cancha de fútbol y que son muchos los que esperan una pequeña declaración que magnifique la majestuosidad de sus acciones. Para sus goles de dibujos animados no le pedimos una banda sonora al estilo de John Williams, nos bastaría con la música de "Banana Joe" como guinda para el mejor ágape.
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