"La decisión es puramente deportiva, no ha sido económica como se ha dicho ni por falta de alternativas para irme"
Así respondía Xavi Hernández, el pasado 5 de Agosto en la esperada comparecencia de prensa para desmentir los rumores que se habían generado sobre su más que segura marcha anunciada por él mismo a bombo y platillo a amigos, conocidos y saludados vía sms, whatsapp y e-mail.
Luego de 15 años de dilatada y fructífera trayectoria, el que debe ser considerado como el mejor futbolista catalán de todos los tiempos, hastiado de de ser relegado a un papel no tan preponderante como otrora y viéndose apartado de las grandes citas - léase suplente con el Tata Martino en el partido determinante de la pasada Liga contra el Atlético de Madrid y con un rol secundario en la Selección Española en el pasado Mundial de Brasil con Del Bosque - decide sondear el mercado y se interesa por un cambio de aires. El representante del jugador, Iván Corretja estima que será harto complicado mejorar la ficha que debe percibir el egarense en Can Barça en las siguientes dos temporadas y es ahí cuando emerge la figura de Alejandro Echevarría, quien fuera cuñado de Jan Laporta ( que nada tiene que ver en este entuerto, por cierto ) y quien años atrás era una especie de "conseguidor" de los jugadores, que velaba por colmar todas sus necesidades y a veces, para qué negarlo, excentricidades. Echevarría le promete a Xavi que va a ser fácil buscar un nuevo destino en el retiro dorado qatarí y además insta al jugador a reclamar una jugosa compensación económica en forma de finiquito al FC Barcelona y es entonces cuando Xavi propaga viralmente la información de que su etapa en azulgrana ha concluido.
El órdago es "a la grande" pero las ofertas de Qatar no son tan sustanciosas como Echevarría había prometido y además el affaire erosiona las relaciones entre Corretja y Xavi que toda vez consumado el fracaso de Brasil debía volver a la Ciudad Condal para hablar con Luis Enrique que se había comunicado con él mediante un mensaje que emplazaba al centrocampista a reunirse con el flamante nuevo entrenador que quería conocer de primera mano la postura del jugador en todo este embrollo.
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Xavi mueve cielo y tierra para conseguir un as con el que poder dominar la partida y se pone en contacto con Ferran Soriano para sondear la posibilidad de recalar en el New York City pero lamentablemente Lampard acababa de ser contratado por la franquicia estadounidense y Xavi debe desestimar esa última oportunidad ante la imposibilidad de conseguir un pingüe y boyante contrato y debe reunirse con Bartomeu que le recibe con los brazos abiertos y le comunica que debe hablar con Lucho. El asturiano, desde la amistad y el cariño le comenta: "Bienvenido, cuento contigo pero aquí ahora si perdemos el balón, quiero que se muerda para recuperarlo y quien no pueda... al banquillo".
Las explicaciones dadas en los apenas 30 minutos de rueda de prensa solo contemplaban el descontento inicial del jugador por su nuevo papel en el juego azulgrana y otorgaba a Luis Enrique toda la responsabilidad de la continuidad de Xavi al haber reconquistado al jugador. Todo fueron buenas palabras, acordes con sus declaraciones de estos últimos años, tocando el violín pero sin dar el do de pecho.
En el plano deportivo y hasta el momento, el rendimiento del jugador está siendo positivo, coincidiendo los mejores momentos del cuadro catalán con la entrada del cerebro de la Masía, con excepción de la dolorosa derrota del Bernabéu pero ya se vuelve a especular con la posible salida del Director de orquesta del FC Barcelona de cara al mercado de invierno.
Pero tiempo habrá...
La fotos pertenecen al Diario Sport y a La Vanguardia.