Luis Enrique no ha sido un dechado de simpatía para con la prensa desde que aterrizó en el banquillo azulgrana pero este particular en la Ciudad Condal no debería haber tomado a nadie por sorpresa dado que el asturiano fue capitán y bandera del cuadro catalán y su relación con la canallesca no siempre fue distendida en su etapa como jugador.
Los periodistas deben ser incisivos, criticar, juzgar, valorar y denunciar cuando corresponda pero también en aras del negocio deben respetar las normas de convivencia que aunque tácitas existen en el circo del balón rodado.
Gracias a la perspicacia y el buen hacer de Fernando Polo y en pos de su cometido que no es otro que el de informar, desde las páginas de "El mundo deportivo" conocimos las diferencias y disparidad de criterio entre el entrenador y la figura del equipo, Leo Messi y fue cuando por tierra, mar y aire todo quisque se posicionó en favor del argentino y a Luis Enrique le dieron hasta en el carnet de identidad.
Desde ese desencuentro aireado y valorado hasta la saciedad, Lucho ha escuchado tímidos silbidos en el partido contra el Elche y en la presentación del equipo contra el Atlético de Madrid en la voz del animador Pep Callau en la previa del partido pero el respetable, sabedor de lo que se jugaba contra los colchoneros y con el recuerdo fresco de bendecir la llegada de alguien que hiciera correr a los aletargados otrora campeones no cayó en el error de silbar al técnico durante el transcurso del encuentro ya que después de todo, seguro que Lucho y su cuadro técnico algo tuvieron que ver en el desenlace del envite.
Los espectadores no somos -tan- tontos y mientras que el equipo funcione poco van a importar las diferencias, sabedores de que no somos -tan- importantes y es debido mantenerse al margen de polémicas que puedan afectar al colectivo.
Lo que no se entiende es entonces ese perpetuo afán de protagonismo en según que periodistas, ajenos comos los aficionados al devenir deportivo diario de la entidad, que cuando preguntan al asturiano parece que quieran sentar cátedra pero que serían incapaces de inquirir de forma tan procaz a aquellos jugadores que les prologan un libro, les apadrinan en causas loables benéficas, son sus fuentes confiables o les invitan a su boda. Esto aplica al defenestrado Director Deportivo, Andoni Zubizarreta que también contaba con su pléyade de adlátares y abrazafarolas entre algunas plumas destacadas de los principales periódicos de la ciudad.
Por qué se le exige a Luis Enrique cambiar su modus operandi con Messi cuando algunos profesionales del periodismo no entonan el mea culpa y persisten en un trato poco halagüeño hacia el entrenador del FC Barcelona ? hermanos pero no primos...
Seguro que Luis Enrique puede mejorar en su asertividad y debe trabajar en dulcificar su relación con los informadores que al fin y al cabo trabajan para sus fieles lectores/oyentes/televidentes pero mientras que por h o por b Messi siga en esta línea de disciplina táctica y chispa competitiva daremos por bueno que ambos sigan a la greña.
La foto es de Weloba.
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