viernes, 6 de noviembre de 2015

El periodismo y su verdadero papel.


Es de justicia significar la simbiosis entre la prensa y los agentes de la actualidad relatada, que no son otros que los deportistas, en el caso que nos ocupa los jugadores del FC Barcelona dado que ambos se nutren y se necesitan recíprocamente, en una suerte de vasos comunicantes que coadyuvan en un propósito parecido y es que si los jugadores brillan sobre el terreno de juego, la prensa recoge mejores réditos, en forma no sólo de mayores ventas si no de promociones adjuntas y una implícita mejor redención de ingresos publicitarios. Pero no se atribuye la prensa un papel protagónico que excede de su principal misión, que es la de informar a sus clientes/fieles y a la sazón consumidores ?

Unas semanas atrás, conocíamos la resolución por la cual los periodistas no iban a formar parte de la expedición oficial del equipo, rompiendo una tradición de rancio abolengo y que marcaba un antes y un después en las relaciones entre prensa y equipo. Se encendieron todas las alarmas y se glosaron todo tipo de opiniones sobre éste particular. Una cesárea inesperada que trataba de preservar ciertas actitudes y de dotar de mayor intimidad al grueso de la expedición, como si per se los profesionales del fútbol no estuvieran blindados y acorazados ante la mirada pública. 
Transcurría el 28 de septiembre de 1994, cuando Johan Cruyff, entrenador entonces del FC Barcelona quiso apartar a un sector beligerante de la prensa en un viaje a Göteborg para un encuentro de Liga de Campeones. Hastiado por la crítica mordaz del equipo de Alfonso Arús y su recordado "Força Barça", el "flaco" mandó a Antonio Tamayo de "Viajes Marina" a echar literalmente a Sergi Mas del avión. "Que venga y me lo diga él", espetó el bueno de Mas y el avión tomó el vuelo hacia Suecia.

Ya en la época del "Dream team", los jugadores del FC Barcelona hicieron las veces de presentadores del programa de TVE en su circuito catalán, en el recordado "Fantàstic", de la mano de Quique Guasch, quien gozaba de buena relación con los pesos pesados del vestuario - Alexanco, Bakero, BegiristainEusebio, Guardiola y Salinas - a la limón encargados de la puesta en escena del espacio. El propio Johan quiso también sabotear la emisión en varias ocasiones ejerciendo un pulso con sus jugadores. 

Los periodistas siempre jugaron un papel determinante en las masas a la hora de secundar opciones alternativas al poder, sustentar a los directivos en sus poltronas, emborronar alguna que otra carrera, cargar sin disimulo contra cualquier quisque y es de sobra conocida su predilección hacia unos u otros. Así lo sabía José Luis Núñez y ya antes de presentarse a las elecciones en 1978, invitaba a periodistas a opíparas cenas para tejer su red de allegados - encabezada por José Luis Fernández Abajo - y disgregarlos de la llamada "prensa canallesca", tal y como explicaba Josep Morera i Falcó en su fenomenal obra "Un Barça triomfant ?"

Los jugadores, sujetos principales de la información periodística han ido reduciendo sus apariciones hasta límites insospechados y sólo hablan cuando prologan un libro, presentan un vino de sus bodegas, participan de actos promocionales de sus sponsors o son contratados para el lanzamiento de alguna bebida isotónica. Encienden el cassette y dan rienda suelta a una catarata de tópicos que resuena como un mantra en los oídos de los aficionados, salvo honrosas excepciones y momentos muy puntuales. "Hemos jugado un buen partido... no lo tuvimos fácil... la pelota no quería entrar... no hay rival pequeño... ahora a preparar el próximo partido y a esperar que Susanito se recupere..." Vamos... que no aportan nada al debate ni varían un ápice el devenir de la actualidad.

Podemos entender la desazón del periodismo en general ante la no comparecencia de los deportistas, por otro lado aburguesados y elevados a la categoría de mitos, en parte gracias a los propios periodistas que amplifican sus acciones y las subliman a gestas inusitadas, pero cuando se atribuyen un papel principal, ocupando tiempo de radio, minutos de televisión o páginas de diarios, humildemente creo que se equivocan y distorsionan su cometido que es el de informar, opinar y analizar las acciones de los verdaderos protagonistas.

O es que los profesionales de la información están más preocupados por un caudal de fuentes menor, fruto de este distanciamiento, que de poder hacernos llegar las opiniones de los protagonistas ? preguntas a vuelapluma a altas horas de la madrugada.

La poca destreza de los jugadores del Barcelona disfrazados en Getafe para celebrar Halloween ha sido aprovechada por los medios para repartir castañas a diestro y siniestro y aprovechando las fechas que nos ocupan. Una manifestación pueril y ridícula pero que ha recibido una respuesta desaforada por parte de la prensa.

Cuando los periodistas juzguen la evasiva de los deportistas en forma de defensa y no de ataque quizás les ayude a interpretar lo que sus fieles esperan: análisis objetivos y aportes únicos. 

Les escuchamos con devoción, les leemos atentamente y los vemos ávidos de información. No nos pueden decepcionar pero no olviden su papel de intermediarios, los protagonistas son los que juegan, ojo al dato.